sábado, 13 de agosto de 2011

primera carta


Mi padre siempre me incitó a servirle a mi país, pero mi alma no soportaba aquel abuso de poder, ¡no me cabía en la cabeza como personas podían matar a otras para ser llamadas héroes y recibir una medalla al volver a casa!, si es que volvían claro. No me cabía en la cabeza como, por las ideas de solo un grupo de personas, miles de obreros iban a otro país a matar a otros obreros que fueron obligados a luchar, mientras que las personas que los enviaban estaban cómodos en sus casas, preocupadas de que sus inversiones no bajaran, esas inversiones de las que los soldados no veían ni una moneda, porque el dinero que se invertía en ellos no era de esos personajes, mas bien era de los pueblos de donde venían, de sus familias, las cuales posiblemente nunca mas verían
Mi padre era parte de esas líneas y, las pocas veces que nos vimos, siempre me contaba historias del campo de batalla, nunca olvidare su emoción y entusiasmo al contarlas, pero un día, cuando lo fuimos a esperar con mi madre, yo no entendía que pasaba pero a mi madre le dieron la gorra de mi padre y una bandera… sus lagrimas no aguantaron y caían sin cesar, yo no entendía nada, hasta que un soldado me dijo, mientras ella lloraba, “tu papá no volverá”.
Le pedí a los soldados que me dijeran como había muerto, me dijeron que, mientras protegía a un amigo herido, un enemigo lo golpeo hasta dejarlo inconsciente, y que después de esa batalla lo creían muerto, pero recibieron un vídeo de su tortura y tomaron la decisión de hacer una misión de rescate, lamentablemente cuando llegaron ya era demasiado tarde, mi padre se encontraba agonizante, mutilado, sobre una mesa, las ultimas palabras que dijo fueron “no les dije nada”, nadie entendía como pudo guardar silencio frente a las torturas a las que lo sometieron. Siempre fue un soldado admirable, lamentablemente su muerte fue de otra forma, pero siguió teniendo el respeto de todo quien conociera su historia.
Cuando lo fuimos a sepultar no había nadie, solo unos soldados que dieron tiros al aire y que después de eso se fueron. Solo estábamos mi madre, yo y el que en vida fue mi padre… ¡aun no logro olvidar aquel día¡
Poco tiempo después mi madre comenzó a presentar problemas, en las noches oía sus gritos de amargura diciendo " !suéltenlo por favor, deténganse,no lo torturen mas ¡ " ,y maldiciendo al gobierno por haberle quitado a su esposo. Un día esos gritos callaron, yo creía que ya había mejorado, pero algo me tenia inquieto, así que decidí ir a su cuarto para ver que pasaba. Mi madre estaba inconsciente en el suelo, no pude hacer más que llamar a un tío y pedirle ayuda.
Mi madre cayó en la locura, por haber perdido a quien amaba. Poco tiempo después se suicido por una depresión que no la dejaba vivir en paz
Hoy, ya tengo 18 años y lucho contra las autoridades por rencor, por pasar a llevar al pueblo, por creerse superiores, por haberme quitado a mi padre y a mi madre… pero un nuevo motivo aumenta este odio, esas autoridades que nos deberían proteger nos lastiman simplemente por expresarnos y pedir justicia. No importa que estés simplemente tomando fotografías para tu periódico, o preguntándole a los manifestantes sus opiniones, no les importa nada, te llevaran igual, y cuando ya estés en sus manos no tomaran en cuenta tus derechos ni nada. Por eso hay que luchar, para que no te pasen a llevar
Un día encontré una carta entre las cosas que aun guardaba de mi padre, era de cuando yo era pequeño y él estaba en el frente, lo que mas me llamo la atención fueron unas fotografías y lo siguiente “…ojala sea un gran soldado cuando sea mayor, que sea como lo fue su padre, o mas que el... espero que sea lo que yo no fui…”
Aun me pregunto, que es lo que no fue?.
Después de leer esa carta algo me impulso, tenia que cumplir su deseo, tenia que ser como él, o mas. Así que, en contra de mis principios y mis propias leyes, me inscribí al ejército para cumplir lo que él, mi padre, quiso en vida...